El vicepresidente primero y consejero de Cultura, Patrimonio y Deportes, Francesc Miralles; la directora insular de Patrimonio, Kika Coll; el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Llucmajor, Jaume Tomàs, el director del SOIB, Pere Torrens; el secretario técnico del Departamento de Cultura y Patrimonio del Consejo, Francesc Ramis; y el arquitecto del Servicio de Patrimonio del Consell, Carles Moranta, han visitado la torre de Cala Pi, en Llucmajor. Se trata de la primera de las cuatro torres que forman parte del programa de restauración de las torres del sistema costero de defensa de Mallorca.

Los integrantes de la brigada de Patrimonio, que trabajan en esta edificación, está formada por trabajadores procedentes del programa SOIB VISIBLES que tiene como objetivo mejorar la empleabilidad de las personas trabajadoras desocupadas de más edad. En total este proyecto de recuperación del patrimonio cultural de Mallorca permite que trabajen 27 personas (6 oficiales 1ª de albañil, 6 oficiales 2ª albañil, 5 peones albañiles, 2 peones maderos, 2 peones herreros, 1 arquitecto, 1 arquitecto técnico, 4 maestros de obra).

Ubicada en la punta de Cala Pi, en el término municipal de Llucmajor, la torre de Cala Pi es una construcción de final del siglo XV y principio del siglo XVI, que en general se encuentra en buen estado de conservación. La edificación necesita reparaciones en el pavimento y en el zócalo de la cubierta, una intervención en el alféizar de la escalera de acceso, la recuperación del revestimiento de las paredes de la cámara inferior, y también sellar las grietas de la fachada y colocar piedras en algunos puntos del muro exterior, que presenta vacíos. Este es el diagnóstico que hace que el Proyecto de Acondicionamiento de la Torre de Cala Pi, que ha elaborado estos últimos meses un equipo multidisciplinar del Servicio de Patrimonio del Consejo de Mallorca – una historiadora del arte, una arqueóloga, una restauradora, además del equipo de dirección de la obra, formado por dos arquitectos y un arquitecto técnico.

Una vez analizado el estado actual, ahora toca ejecutar las obras de mejora. Por eso miembros de la brigada de Patrimonio del Consejo, con el refuerzo de personal que proviene del programa SOIB Visibles, instalan estos días los andamios para iniciar las obras, limpian y recogen piedras del entorno que servirán para llenar los vacíos existentes en la estructura. El objetivo es garantizar la conservación del monumento y evitar que el agua estropee la estructura y penetre a través de la cubierta y algunas de las dificiencias que hay en los muros.

Después de esta edificación, las restauraciones se extenderán a la torre Major de Alcúdia, la torre des Verger, en Banyalbufar, y la torre de Sa Mola, en Andratx.